Llevo quince años viviendo en directo eventos de ámbito mundial de taekwondo de todas las categorías (olímpica, senior, universitaria y junior) pero me sobran dedos de una mano para contar las veces que he visto a un deportista español proclamarse campeón del mundo de una manera tan aplastante. Joel González Bonilla, con tan sólo 18 años y a la primera, acaba de hacerse un hueco en la historia del taekwondo español.
El primer combate lo disputó ante el país anfitrion (Serbia) ganando por 7-0 y dando espectáculo.
El segundo combate, ante el representante de Kazajistan, más de lo mismo (8-1)
Ya con la medalla asegurada, el de Figueres se enfrentó ante el koreano a quien ganó por un ajustado pero injusto 9-8. El asiático, a parte de estar todo el combate tirándose al suelo sin ser amonestado, recibió una cuenta de protección tras un excelente dollyo del español y a los pocos segundos volvió a encajar la misma técnica y el árbitro en vez de volverle a contar hasta 10 paró el tiempo y le dio un minuto para que se recuperara habiendo subido los árbitros de esquina los dos puntos por acción arriba. A falta de 10 segundos para el final subieron dos "puntos fantasma" para el coreano que igualaban la contienda a 8, pero una clara y durísima bajada de bandal del español en los últimos instantes marcó la diferencia.
En la final, tuvo al que en principio era el hueso más duro: el representante de Irán que defendía el título de Campeón del Mundo Universitario y que en toda la competición había recibido tan solo un punto (ganó 7-0 los dos primeros combates y 6-1 en semifinales ante China Taipei). El catalán hizo una final para enmarcar puntuando en tres ocasiones arriba y ganando por la vía rápida (10-3) recien comenzado el tercer asalto.
Un oro en la última jornada que coloca definitivamente al equipo español masculino en tercera posición en la general, igualando el mismo puesto conseguido en esta edición por nuestras féminas.
